La fachada de Santa María se completa con el último cuerpo de las torres y dos agujas piramidales. En la culminación de las torres se nos muestra la Redención, con Cristo Redentor y Triunfador. Todo ello obra de Juan de Colonia, al igual que las pirámides de remate realizadas entre 1442 y 1465.
El frente de la balaustrada de la torre norte, presenta el gran anuncio de la Redención, en la figura del Bautista que sostiene un cordero en su mano izquierda, y con el índice de su mano derecha al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que proclama la inscripción gótica que tiene a sus lados: «Ecce Agnus Dei» Este es el Cordero de Dios.
En torno a él, en los contrafuertes y antepechos, están las esculturas de los que fueron testigos de Cristo, los primeros mártires: san Esteban, san Lorenzo, santa Catalina y san Pedro de Verona; y también santa María Magdalena, san Antón, san Bernardo, san Francisco de Asís y santo Domingo de Guzmán.
Desde la torre del sur, Cristo resucitado, triunfador de la muerte, pregona la paz al mundo, al que bendice con su diestra levantada, como proclama la inscripción a sus lados: «Pax vobis».
Él es el Salvador, a través de la cruz, por eso se rodea de los símbolos de la Pasión presentados por ángeles: la columna y los látigos -Cristo azotado-, la corona de espinas y los clavos -Cristo crucificado-, y la lanza -Cristo muerto y traspasado
Pero también es el maestro, y los contrafuertes de la torre culminan con las esculturas de los voceros de su mensaje: los evangelistas con sus símbolos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan y los cuatro Padres de la Iglesia Latina: S. Gregorio, S. Ambrosio, S. Jerónimo y S. Agustín.
En los balconcillos del remate de las agujas, los emblemas de Cristo Salvador y de María, su madre: J.H.S. (Jesús Salvador de los hombres) en la torre norte, y de María, su madre, S.M. (Santa María), en la torre sur. S.M. es el apellido familiar del obispo D. Pablo de Santa María y de su hijo D. Alonso de Cartagena. Sus aportaciones económicas y las de su sucesor en la sede, Luis de Acuña, sirvieron para edificar las agujas, y sus blasones, junto con los de la monarquía castellano-leonesa, aparecen en los antepechos que conectan con las cúspides de las torres.
Finalmente, en lo alto de cada aguja estuvieron colocadas las estatuas de los patronos de la ciudad: San Pedro y San Pablo, que se retiraron después del terremoto de Lisboa en el siglo XVIII.
Las dos agujas de piedra calada, ricamente decoradas, son el ejemplo más acabado del estilo gótico flamígero en la península.
Guión y comentarios: Agustín Lázaro López
Adaptación del guión, filmación, montaje y materialización: Juan Carlos Llorente
Producción: PROYOU DIGITAL
Colabora: Cabildo de la catedral de Burgos.