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Dedicada al Cristo de las Siete Palabras, la obra del genio de San Bernardo cambiaba el estilo, cambiaba el ritmo, rompía los esquemas anteriores e incluso introducía una parte cantada teniendo, un éxito arrollador. Tal vez el motivo de tal triunfo es la capacidad que tuvo López Farfán para unir su maestría compositiva con el folclore. La parte cantada era interpretada por el coro de campanilleros de Castilleja de la Cuesta, con una letra basada en la copla «En la cima del Monte Calvario», con la que el coro solía romper el silencio de las frías calles de la comarca del Aljarafe sevillano. #HiniestaGloriosa