En la quinta y última misión de la campaña de Sforza, el mismo se ve obligado a asediar Milán, para lo cual cuenta con la ayuda de su primo Micheletto. Ambos pelean contra la ciudad, y unos saboyanos que fueron convencidos por Milán para enfrentarse a Sforza. Luego de que estos últimos derroten a Micheletto, Sfoza concentra toda su atención en los saboyanos, derrotándolos, para finalmente asediar Milán y destruir su castillo, reemplazándolo por uno propio, ganando así la misión, y la campaña.