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Riesgo y emoción mientras intentamos descubrir un paso colgados de los andenes del Barranco de Valerón.
Versión no comentada: • ANDENES de VALERÓN (ag...
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Track: GalaxyTones - Oceans
galaxytones.fanlink.to/oceans
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Muchas gracias a Baler@Wikiloc por diseñar esta magnífica ruta y por su estupenda compañía. El track de la ruta se publicará en cuanto esté disponible.
Nos adentramos de nuevo en el Barranco de Valerón.
Recorreremos el cauce hasta toparnos con una impresionante pared e intentaremos regresar recorriendo un estrecho andén en su ladera oeste.
El barranco toma el nombre del lugar llamado Valerón situado aguas arriba, que a su vez tomó el nombre de Martín Valerón, su propietario a principios del siglo XVI.
Bajo bellos palmerales avanzamos por el cauce sin especial dificultad debido a que el sendero es bastante frecuentado por escaladores que se encaraman a estas auténticas moles verticales.
Saliendo pronto de nuestro asombro por tan impresionantes paredes, Baler se centra en la tarea de acceder al andén buscando la manera más segura de remontar esta pendiente rampa de materiales sueltos.
Esta es una de las zonas más complicadas de la ruta, en la que nos fijamos como objetivo inicial, el llegar a la palmera de la derecha.
Alcanzado el andén avanzamos por él, ahora casi en horizontal, deshaciendo por la ladera oeste del Barranco de Valerón el camino que recorríamos antes por su cauce.
Recorreremos la ladera siguiendo el andén hasta llegar a un desprendimiento, que sortearemos subiendo a un andén superior, hasta alcanzar un camino con muros de piedra que nos reservaría una sorpresa.
La incertidumbre viajaba con nosotros en todo momento. En este punto no sabíamos si tras ese saliente podríamos continuar o tendríamos que dar la vuelta.
Llegamos al pedrero del desprendimiento que esquivamos por la parte superior aprovechando que tenemos que subir al andén que tenemos encima.
Transitando por un terreno muy pendiente e inestable nos aproximamos al saliente donde definitivamente íbamos a saber si podíamos continuar.
Sorteando pequeños desprendimientos y siempre encontrando un paso con relativa facilidad y con la extraña sensación de que íbamos por un camino que no terminaba de definirse.
El andén nos reservaba una prueba final. El zigzagueante camino que nos sacaba de él, reforzado en su día por muros de piedra, estaba ahora prácticamente en ruinas.
Por una vez la culpa del mal estado del camino no es de la autovía, sino del desuso y del inexorable paso del tiempo.
Y en este punto, y con magníficas vistas de la Costa de San Felipe, damos por finalizada la etapa del Andén de Valerón.
Ya solo nos resta subir hasta la carretera para dar comienzo a la segunda etapa de esta ruta centrando nuestra atención en la Montaña del Gallego.
Montaña así conocida tras el apellido de dos de sus propietarios a principios del siglo XVI: Juan y Gonzalo Gallego.
En una subida campo a través que comenzó atravesando cercados abandonados, pronto Baler optó por ascender por una arista de la cara norte de la montaña al ser más panorámica y permitirnos disfrutar del regalo de la fresca brisa. Todo un lujo en agosto.
Llegamos a la cima de la montaña y aquí, salvo las maravillosas vistas, todo son conjeturas.
En este enclave llamado Tagoror del Gallego encontramos seis oquedades labradas en la roca, supuestamente usadas como asientos.
Se cree que lugar era usado por los antiguos canarios para celebrar asambleas y tratar aspectos de la vida sociopolítica.
Igual no fue tagoror pero desde luego es una increíble atalaya para contemplar media isla.
Descendemos de la montaña. Primero en dirección al pago de El Gallego de Atrás, para luego girar al noroeste tomando un sendero que nos lleva en paralelo a la Hoya del Puerto.
El camino gira en dirección a una finca abandonada que aprovechamos para vistar.
Continuamos descendiendo, prácticamente en línea recta, para alcanzar Llano Alegre y tomar el Camino de San Felipe.
Este camino de unos dos kilómetros de longitud nos lleva como indica su nombre al pago de San Felipe salvando un desnivel de 250 metros.
Sin lugar a dudas el poder bajar cómodamente por un impresionante acantilado, despreocupados y disfrutando plenamente de las increíbles vistas de la costa, es un uno de los mayores alicientes de este tramo de la ruta.
Aunque transitamos por un camino restaurado, en su parte alta aún pueden verse los muros de piedra de contención y el firme original del Camino Real del Norte del que este camino formaba parte.
Y si disfrutas con la ingeniería civil, el trazado te lleva por los túneles y por debajo de los puentes de la autovía y te permite contemplar desde una atalaya envidiable sus impresionantes viaductos de 100 metros de altura.
Ruta de sensaciones ... ruta de emociones ...
#GranCanaria #Valeron #canaryislands