Imagina que estás explorando las sierras de la península ibérica, donde la naturaleza es indómita y los rebaños de cabras salvajes corren libres. Ahí yace el origen etimológico de tu apellido, Cabrera. Derivado del latín 'capraria', que significa 'lugar donde hay cabras', es un claro ejemplo de cómo la geografía y la naturaleza influyeron en la nomenclatura de nuestros antepasados. Los primeros Cabrera probablemente vivían cerca de zonas rocosas y montañosas, hábitats naturales de estos animales. Con cada mención de tu apellido, hay un eco del pasado rústico y de la estrecha relación entre el hombre y su entorno.