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La dieta en el espacio juega un papel importante en el mantenimiento del bienestar físico y mental de los astronautas, señala ESA, especialmente a la hora de combatir la pérdida de masa muscular y ósea causada por las estadías prolongadas en microgravedad o ingravidez. Las comidas, sin embargo, deben ser preparadas y almacenadas bajo estrictos estándares nutricionales y de cuidado para no provocar ninguna clase de imprevisto.
En relación a su dieta, los astronautas comen tres veces por día y necesitan adquirir un total de 2500 a 3000 calorías diarias. Además, deben beber de 3 a cinco litros de agua y realizar dos horas de ejercicio diario, seis días a la semana, a modo de compensar los efectos físicos mencionados que produce la ausencia de gravedad, acompañado de la comida especialmente preparada y nutricionalmente balanceada.
Con el paso de las décadas, el paladar de los astronautas se fue refinando y al día de hoy la comida espacial ha mejorado mucho, explica la agencia espacial: los alimentos son más sabrosos y visualmente atractivos, el menú de la Estación Espacial Internacional incluye más de 100 productos y en la NASA existen libros de recetas para comida espacial. Incluyen verduras y postres congelados, alimentos refrigerados, frutas y productos lácteos especialmente empaquetados y fáciles de almacenar durante largos períodos de tiempo.
La comida espacial puede estar enlatada, envuelta en aluminio, de baja humedad, pre cocida y deshidratada. Los astronautas incluso tienen pequeños hornos para calentar alimentos a la temperatura indicada. Eso si… la sal y la pimienta están disponibles en el espacio en forma líquida.