El Audi TT encara ya su despedida y por eso Audi ha lanzado una edición especial que rinde tributo a los 25 años de historia de este 2+2 que ha pasado por tres generaciones y se ha convertido en todo ese tiempo en un icono de diseño, sobre todo en su primera entrega, donde fue realmente transgresor.
¿Quién no ha querido tener un Audi TT en alguna ocasión? Sobre todo al principio, en esa primera generación de 1998, casi tal cual el prototipo que había sido presentado previamente. Era un coupé totalmente futurista y repleto de personalidad, e incluso hoy en día se ve especial.
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La segunda generación llegaría en 2006 y se mantuvo hasta 2014. Un diseño evolucionado, pero igualmente impactante. Y esta es la tercera y última, ya que después del verano de este año nos dirá adiós, al menos tal y como lo conocemos. Seguramente será eléctrico, así que me siento un privilegiado por conducir el último TT con motor puramente de combustión y etiqueta C en el parabrisas.
Ante esa despedida, inminente, Audi tenía que hacer algo especial. Para empezar, debes saber que solo habrá 25 unidades para el mercado español de este TT y todas ellas basadas en la versión 45 TFSI con el motor 2.0 de 245 CV.
¿Cómo puedes distinguir a esta versión por fuera? Destaca por el número de la edición limitada en los umbrales de las puertas y en la consola central, así como una proyección de luz sobre el suelo al abrir las puertas que incluye el logo de los cuatro aros.
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Entre el equipamiento de serie, tienes el paquete S line competition plus, con los cristales oscurecidos, las pinzas de freno acabadas en color rojo o las llantas de Audi Sport, que en esta edición son de 20 pulgadas con diseño de 10 radios en Y.
Los colores de carrocería disponibles son este exclusivo azul Nogaro efecto perla, pero también tienes el blanco Glaciar metalizado y el rojo Tango metalizado.
En marcha, con sus 1.460 kilos, no es un coche especialmente ligero (Un Alpine A110 lo es mas), pero sí es ágil. Tiene una dirección muy rápida y precisa y su suspensión favorece cambios de trayectoria bastante veloces sin perder un alto grado de confort cuando viajas por autovías en buen estado.
Por carreteras rotas, el coche, como es obvio, se vuelve mas rebotón e incomodo. Pero siempre tienes la sensación de que es un coche preciso y que además te otorga una elevadísima dosis de confianza.