La literatura popular medieval nos recuerda que la manera de cantar las coplas depende de la situación del momento. Desde Las cantigas de amigo gallegas, los villancicos, la mayas y alboradas castellanas. He tendido la suerte de observarlo en directo. He tendido la suerte de observarlo en directo en casa de mis padres. A veces las canta una sola persona cuando se llama a algún grupo para una boda o evento; entonces suelen cantarse en intervalos de cuatro con una copla final que empieza diciendo “echemos la despedida”. En otras cuando la fiesta estaba animada por lo que el estribillo, más conocido, era cantado por casi todo el público y los asistentes se animaban a cantar una copla.
En cuanto a su estructura suelen ser coplas de cuatro versos de rima asonante en cuartetas o seguidillas. Riman los pares y quedan sueltos los impares o al revés. Llevan versos de vuelta en ocasiones que las hace más rítmicas como las primeras composiciones de la península: los Zéjeles árabes y los villancicos medievales.
El tema del amor no puede faltar en sus diferentes facetas en malagueñas, seguidillas y jotas. Esta es un desencuentro que me canta mi madre Dolores Robles:
Yo no quiero más pan tuyo
que me amarga la corteza
ni conversación la conversación
que he tenido y me pesa.
He aquí otras:
En la raya de tu pelo
repica un canario
y se baja por tu frente
a beber agua a tus labios
como si fuera una fuente.
Yo tenía una peseta
y la eche a la lotería
y me tocaron tus ojos
que era lo que yo quería
Una rubia vale un duro
Una morenita dos
Yo me tiro a lo más caro
morena de mi corazón.
Estas ocasiones la situación provocaba piques entre ellos con temas que buscaban la risa. Entonces el tema podía variar e ir desde el flirteo a lo escatológico pasando por la burla o el escarnio como ocurría con las coplas de escarnio y maldecir medievales. El decoro, una mala interpretación y entendimiento de la música popular ha hecho que la censura olvide este tipo de coplas. No obstante, esto no ha permitido que por Miller, Las Gorgollitas, Río Madera, etc, en las noches del verano serrano se hayan escuchado algunas que han echo reír a todos no sólo por la situación sino también por el ingenio con el que la inventaban.
La mujeres de la Sierra (o la aldea de la que es la persona con la que te estás picando en el cante)
cuando van a la aceituna
para apagar el candil
se dejan el culo fuera.
A la entrada de… (la aldea o pueblo)
lo primero que se ve
son las ventanas abiertas
y las camas sin hacer…
Ahí la llevas Manuel
Cápala, cápala
sino tienes navaja
la mía tomalá,
En tu puerta me cagué
Pensando que me querías
ahora que ya no me quieres
dame la m… que es mía.
Es tu madre la que dice
que te mereces ser reina
lo que te mereces es una mi…
con veinticinco dobleces.