El Parque Nacional El Leoncito es un rincón precordillerano que, con la guía del experto naturalista, pronto desmiente lo que parece a primera vista: un desierto. Aquí la vida muestra sus múltiples formas adaptadas a los ambientes del Monte, la Puna y los Altos Andes. Como valor agregado, sus límpidos cielos otorgan al lugar condiciones excepcionales para la observación astronómica, situación que favoreció la instalación de dos de los observatorios más importantes del país. El naturalista asciende por los filos montañosos, recorre los valles, los pequeños oasis y a su paso nos revela la naturaleza local y sus especies emblemáticas, entre las que sobresale el suri o ñandú petiso, además de las evidencias de ocupaciones humanas milenarias.