Normalmente a los inversores se les realiza una limpieza y calibración cada 2 años, pero esto va a depender de varios factores, como el entorno de instalación, las condiciones climáticas y el uso del sistema. Es posible que necesites realizar mantenimiento más frecuente si tu inversor está expuesto a ambientes polvorientos, húmedos o extremadamente calientes.
En el caso de las baterías también depende de varios factores, como el tipo de batería, el ciclo de carga y descarga, la temperatura del ambiente y las condiciones de almacenamiento. En general, es recomendable realizar un chequeo frecuente para asegurarse de que las baterías estén funcionando correctamente.
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