Los cánticos populares y la convivencia entre los vecinos protagonizan este jueves tan especial de una fiesta centenaria con más de 200 años de antigüedad. A partir de las 8 de la mañana, los niños empiezan a recorrer el pueblo en bicicleta con latas de conservas atadas para despertar a los vecinos, a lo que le sigue el repique de campanas que anticipa la salida de la charanga, que recorre todas las calles de la localidad recogiendo a caballistas, carros y carretas, hasta llegar a la Plaza de España donde se realiza el desfile de caballos y burros y una exhibición de bailes regionales para luego partir a la antigua estación.