Cada verano el ganado es trasladado a tierras bajas en busca de pastos frescos que les permita sobrevivir. Concluir sin derrotas la difícil aventura es posible sólo cuando reses y vaqueros se hacen uno a través del canto.
Sale el sol sobre la sabana y las garzas se elevan desde los árboles donde pasaron la noche. En medio de la soledad y las penumbras, sobre su caballo, el vaquero lleva al ganado en dirección a mejores pastizales. Para hacerse compañía, y que las vacas puedan seguir su voz, va improvisando versos con melodías que se han transmitido por vía oral durante generaciones. Seguiremos durante dos días, un viaje de ganado desde Corozal, Sucre, hasta la zona de La Mojana. Una jornada extenuante y no exenta de peligros, donde los cantos de los vaqueros animarán a las reses a enfrentar caudalosos ríos como el San Jorge, y a continuar su camino a pesar del cansancio.