Era diciembre del año 1999, las lluvias torrenciales en el estado Vargas, Venezuela, generaron una catástrofe histórica que dejaría unas 15,000 personas desaparecidas unos 3,500 millones de dólares en pérdidas, así como la destrucción de más de 15,000 viviendas y aproximadamente 75,000 damnificados.
Pero hubo una localidad que prácticamente desapareció, un humilde caserío que hoy, a 24 años de aquel terrible suceso sigue representando una huella imborrable en la memoria colectiva de todos los varguenses.. Carmen de Uria, ubicada en el este del que hoy en día se conoce como el estado La Guaira es ese pueblo que nunca pudo recuperarse, en el que sus polvorientas calles, su ambiente desolado, las pocas casas que quedaron y la iglesia destruida representan la triste historia del que un día fue un pueblo amable y pintoresco, un pueblo en que la vida literalmente quedó bajo los escombros de una naturaleza caprichosa e implacable, han pasado muchos años y el recuerdo de la tragedia sigue latente, con solo pasar por la carretera que conduce hacia Naiguatá, en el tramo de Carmen de Uria, se puede sentir un aire de tristeza, de soledad, de abandono, un pueblo que quedó en el olvido de los gobernantes, en el que sorprendentemente todavía viven algunas pocas personas, pero que lamentablemente no volverá a ser todo eso que un día fue.
En este vídeo, me dispongo a mostrar cuál es la realidad de Carmen de Uria después de que han pasado 24 años de los sucesos, veremos qué fue lo quedó de sus caminos y sus viviendas, de cómo las personas que viven allí subsisten diariamente para lidiar día a día con lo poco que hay, esto es Carmen de Uria: una historia triste y viva de La Guaira…
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