Pocas ciudades hay en el mundo que no relacionen su historia urbanística con un arquitecto. Así ocurre en Londres con John Nash, en Barcelona con Antonio Gaudí y en Brasilia con Óscar Niemeyer, por citar algunos ejemplos. Sevilla tampoco escapa de este binomio. Hablar de la capital andaluza sin mencionar a Aníbal González es hurtar la gran transformación que sufrió esta ciudad en el primer tercio de la pasada centuria, y dentro de su extenso catálogo nos encontramos con esta maravillosa casa Palacio escondida de la vista de los curiosos...por lo que solo los PRIVILEGIADOS que viven allí pueden disfrutadla. Su extraordinaria ubicación hace que esté a tan solo unos metros de la catedral, a escasos pasos del Barrio Santa Cruz, o a minutos de lugares tan emblemáticos como el Salvador o la Alfalfa. Nos recibe un precioso patio regionalista de 1930, muy tranquilo y con excelentes vecinos, que nos deposita en el portal que lleva a nuestro piso. Es un piso muy luminoso y de amplísimo salón ya que, en realidad son dos pisos unidos en uno. Totalmente reformado y con un proyecto decorativo de primer nivel que hace que todos los materiales empleados sean de primerísima calidad y marcas de lujo. Los baños y la cocina tienen azulejos pintados a mano de los talleres de cerámica trianera...todo cuidado al detalle.