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Twitter @juangangel
Siempre se debe perseguir un objetivo claro al recortar o herrar un casco, se debe tener grabado en nuestra mente la imagen de un pie ideal, universal.
Esta imagen, a su vez, debe ser muy flexible para adaptarla a cada caballo, de acuerdo a su conformación y a lo que él nos pide mediante la información que revela en su casco. En otras palabras, se debe tener en cuenta que cada caballo posee su pie ideal.
No todos los cascos son iguales, estos varían en forma y tamaño, dependiendo de la genética del animal o de cualquier afección que puedan tener.
La forma del pie posterior tiende a ser ovalada y pequeña. La del anterior tiende a ser redondeada y ligeramente más grande. Estas formas también varían de acuerdo a cada animal y al medio donde viven.
No todos poseen las manos perfectamente redondas ni las patas perfectamente ovaladas. Existen caballos con la forma de las manos semejante a la de las patas, y no está de más decir que en este caso el herrador debe respetar esa forma. La herradura debe forjarse respetando la forma del casco.
En caballos con buena conformación, aplomos correctos y cascos sanos, trabajo mucho con la simetría, porque es lo que me asegura la uniforme distribución de las fuerzas que convergen en el pie y en todo el miembro. En cambio, cuando me encuentro con caballos que, por contar con una conformación deficiente y aplomos incorrectos, presentan cascos asimétricos, respeto la asimetría para respetar, a su vez, los defectos del propio caballo.
Si un caballo presenta defectos, no se debe pretender pasarlos por alto. Se los debe tener en cuenta y trabajar en ellos sólo con el fin de ayudar al caballo a llevarlos de una forma más cómoda, pero sin intenciones de hacerlos desaparecer cuando ya están establecidos en él.
Pretender simetría en un pie que no es simétrico significa generar palancas indebidas que pueden llegar a acentuar los defectos que provocaron tal asimetría.
Se dice que se hierra el caballo cuando el herrador busca corregir un defecto, teniendo en cuenta, siempre, que las correcciones se deben realizar respetando los tiempos de maduración de los huesos, o cuando los defectos son sólo de cascos.
En cambio, se dice que se hierra el pie cuando no se pretende corregir o cuando se utiliza el herraje como medio de estabilización de defectos. En este caso, el herraje ayuda a que el caballo lleve su defecto de una forma más cómoda, ayudando, a su vez, a su locomoción.
Cuando me refiero a un pie ideal en un caballo perfecto hablo de un pie simétrico, adaptado a ese caballo individuo con conformación perfecta y aplomos perfectos. Es un pie que respeta todos sus ángulos y líneas, con relación a la conformación natural del propio caballo.
Las asimetrías son adaptaciones de los cascos que se deben a lesiones o deformaciones, producidas en alguna parte del cuerpo del caballo. Las mismas son compensaciones que desarrolla el caballo de forma natural para poder llevar su defecto de una forma más cómoda. Es trabajo del herrador tenerlas en cuenta durante las estabilizaciones de desviaciones, con el fin de ayudar al caballo a conseguir esa comodidad buscada por él mismo.
Las deformaciones se presentan, normalmente, en los miembros. Pueden ser congénitas de nacimiento o adquiridas -por alguna lesión provocada durante la vida del animal-.
Las dos siguientes fotografías muestran pies que soportan y distribuyen las fuerzas en forma equilibrada, es decir, son pies bien equilibrados en un caballo de conformación normal.
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Juan Gonzalo Angel
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