Eres fortaleza y también debilidad.
Eres miedos, eres recuerdos, eres amor.
Eres palabras en las que te has perdido y encontrado.
Eres sonrisa de otros cuando no puedes dibujar la propia.
Eres todos y cada uno, y debes hacerte cargo de ello.
Eres eternidad en momentos agotables.
Eres felicidad en días grises, eres enojo y dolor también.
Pero sobre todo,
eres creación de otro pincel.
Entonces sigue haciendo lo que haces,
sigue brillando para los espectadores de esa obra;
sigue desarmandote cuando lo creas necesario que ya alguien te armará para encontrarte,
y sino;
sigue armandote entre melodías,
entre olas,
entre caricias,
sigue armandote como puedas y continua enorgulleciendo al pintor de tu esencia.
Con cariño,
yo.