Un enorme virtuosismo, además de la pasión y entrega plena, ofreció la intérprete rusa, Anna Likhacheva durante el concierto que ofreció la noche del martes en el Teatro Pablo de Villavicencio, ante un numeroso público que disfrutó el estilo interpretativo, la técnica trabajada con sumo esmero a lo largo de los años (porque eso se percibe) y la forma en que se sumerge entre las cuerdas para sacar las notas precisas y desplegarlas llenas de vida.
Ataviada con un largo vestido azul rey, la dorada cabellera rodando a su espalda, la guitarrista provocó la admiración a los asistentes a la segunda noche del XV Festival Internacional de la Guitarra Sinaloa 2015, que organizan el Instituto Sinaloense de Cultura y la Fundación de la Guitarra A.C.
Inició con un divertimento del compositor Fernando Sor (1778-1839), con el tema Introducción y variaciones sobre un tema de la ópera ‘La flauta mágica’, de Wolfgang Amadeus Mozart, opus 9, que al estilo Mozart, es alegre, muy conocido y regocijante aun al oído más neófito.
Del Johann Sebastian Bach (1685-1750) retomó para guitarra los movimientos Allemande, Sarabande y Giga de la suite para chelo No. 2 BWV 1008, en una ejecución que se oyó limpia y sin tacha.
Luego, de L. Legnani (1790-1877) interpretó la Fantasía A-dur opus 19, con momentos fascinantes y lúdicos, y un tema contemporáneo ruso de S. Rudnev (nacido en 1854) titulado Canción popular rusa El viejo árbol de lima, caracterizado por unos pichicatos continuos o más bien tiernos rasgueos sobre el encordado que suenan como viento en las frondas.
La segunda parte, abrió con una Fantasía sobre temas de la ópera La traviata, de Giuseppe Verdi, en versión para guitarra hecha por el clásico Francisco Tárrega (1852-1909), quien recrea pasajes como el dúo de Alfredo, Violetta (Un di, felice - etérea - El día que te conocí), que fue premiada con intensos aplausos y algunos bravos por parte del público.
De Johann Kaspar Mertz (1806-1856) interpretó la Elegía, que la noche anterior había interpretado Mauro Zanatta, y en cuya interpretación, Likhacheva no desmereció al sacar toda la melancólica hermosura de esta pieza.
Dedicó dos momentos al mexicano Manuel M. Ponce ((1882-1948), con los temas Estrellita y Scherzino mexicano, en versiones magistrales que, así fuera por mero nacionalismo en la patria de lo universal, fueron muy aplaudidas.
Cerró con el Capriccio diabólico, de Mario Castelnuovo Tedesco (1895-1968), una pieza de lo más difícil de la noche, resuelta con aparente sencillez por la guitarrista, muy aplaudida por el público y que obligó a una pieza de regalo, la conocida Un día de noviembre, del cubano Leo Brouwer (La Habana, 1939).
SU BIOGRAFÍA
La guitarrista rusa Anna Lickhacheva, que ha tocado en las salas más prestigiosas en el mundo vino a ofrecer un extraordinario concierto. Ella nació en 1993 en Rusia, comenzó a estudiar guitarra a la edad de 3 años y medio. En 2007 se graduó de la escuela de música S.S. Prokofiev bajo la guía del profesor Yury Likhachev y cursó estudios en 2007-2011 en Rostov College of Art con la guía el mismo profesor. Ella actualmente enseña en la Universidad de Rostov de Arte y Escuela de música S.S. Prokofiev, donde ella misma sigue perfeccionándose con sus alumnos.
El primer concierto como solista Anna lo tocó a la edad de 12 años en 2006 en la Filarmónica Estatal de Rostov, y en su trayectoria ha obtenido premios en 27 concursos internacionales y en Rusia; además de los concursos, Anna tiene una vida activa como concertista, tocando recitales en Italia, Rusia, España, Francia, Portugal, China, Hong Kong, México y Turquía.