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En la bahía de Cispatá, una comunidad que antes se dedicaba a la cacería del caimán aguja hoy lideran uno de los proyectos de zoocria comunitaria más importante del país que busca conservar a esta especie que está en peligro de extinción.
El éxito de los proyectos de conservación se debe al cambio de percepción que las comunidades tienen acerca de los recursos naturales, ya que a partir de estas se generan nuevas creencias y formas de explotación que tienen en cuenta los procesos de recuperación. Por lo tanto, para evitar la sobreexplotación de un recurso como el caimán aguja es necesario implementar formas de manejo planificadas que aseguren que los recursos puedan ser usados y protegidos al mismo tiempo.
La principal amenaza de los proyectos de conservación comunitarios es la baja productividad inicial, por eso se requiere de un largo plazo para el retorno de las inversiones. Por tal razón, para Asocaiman se hace necesario contar con apoyos económicos externos y la creación de actividades alternas como la apicultura y el ecoturismo.
El futuro de este proyecto depende del visto bueno de las autoridades nacionales e internacionales, ya que por medio de este, Asocaiman podría aprovechar al caimán aguja y así obtener los ingresos económicos que le permitan mantenerse a largo plazo.
Como resultado del trabajo de Asocaiman, en el año 2015 el país logró disminuir la categoría de amenaza del caimán aguja de especie en peligro critico a especie en peligro. Ya desde el año 2018, ésta asociación fue autorizada para dar inicio a la fase de comercialización que le permitirá obtener ingresos suficientes para su sostenimiento y continuar con la protección de la especie en la bahía de Cispatá.