Los venezolanos han descubierto en Países Bajos (principalmente Holanda) un país donde pueden obtener tienen ayudas para sus primeros años, pero donde pueden conseguir excelentes oportunidades: trabajos cualificados con altos salarios.
Los profesionales cualificados, con formación y estudios, encuentran grandes oportunidades, pero otros tienen que reinventarse. Pero a todos les está yendo muy bien en un país con un enorme mercado de trabajo, grandes empresas y altas necesidades de mano de obra.
Muchos trabajadores cualificados, incluso, se mudan al país sin conocer la lengua local (el neerlandés). Con un buen nivel de inglés es suficiente para comenzar a abrirse camino.
En este nuevo capítulo de “Venezolanos por el mundo” descubrimos cómo los venezolanos se abren camino en uno de los países con mayor nivel de vida de la Unión Europea, con gran dinamismo empresarial y con una oferta de ocio muy variada.
Un buen grupo de mujeres ha llegado al país tras haber conocido a sus novios y esposos y se han adaptado a su nueva vida y han formado allí una familia. Otros han llegado buscando oportunidades laborales, mientras que un grupo más reducido llegó con trabajo.
Comenzamos nuestro recorrido con una visita al barrio rojo de Ámsterdam de la mano de Manuel Rodríguez. Es solicitante de asilo, pero ha visto enormes posibilidades de crecimiento en la ciudad. Ahora es creador de contenido y productor de eventos.
También entrevistamos a Gabriela Attianese, con 20 años en Holanda. Adaptada, con familia y casa propia, ve grandes ventajas de vivir en Holanda, aunque tampoco oculta los inconvenientes: el clima y la comida, algo en lo que también coinciden la mayoría de los entrevistados.
Recorremos los molinos, las fábricas de quesos y suecos y descubrimos la acogedora cultura holandesa en pequeños pueblos y localidades al norte de Ámsterdam. También visitamos los barrios con viviendas sociales donde los jóvenes pueden acceder a un techo por un máximo de 800 euros, que es un precio muy razonable en ese país.
En La Haya descubrimos a Gerardo Rosales, un músico con 30 años en el país. No pierde su sentido del humor y entusiasmo latino. Y nos pasea por un barrio (en teoría un barrio pobre y puede ser conflictivo), pero sólo encontramos orden y tranquilidad.
Viajo a Utrech donde encuentro a América Pérez, una extrabajadora de la industria petrolera que ahora trabaja como maquilladora de drag Queens en un canal de televisión.
Y también conozco a Dennisse e Ismary, dos venezolanas casadas con holandeses. Ambas han trabajado cuidando abuelos y cuentan la cultura laboral y cómo se han adaptado al carácter del holandés.
También conversamos con Romina, que nos cuenta cómo es ser madre y formar una familia en Holanda, y terminamos con Christian, un joven de Coro, que vivió en España y Polonia y que ha terminado felizmente en Ámsterdam.
Migrar a allí no es tarea fácil (es mucho más sencillo para cualquiera con pasaporte europeo) y el nuevo gobierno tiene como propósito dificultar el acceso al asilo. Casi todos cuentan que Países Bajos es un país ordenado, serio, estructurado, donde el latino debe hacer esfuerzos por encajar. Pero agradecen los enormes aprendizajes.
Esta es una nueva edición de “Venezolanos por el mundo” que muestra un destino poco conocido, pero muy apreciado entre los migrantes.