Aunque mucha gente no lo sepa, Guadalajara es una de las ciudades más mexicoamericanas de este lado de la frontera. ¿Por qué? Porque los padres de muchos mexicoamericanos de segunda generación en Los Ángeles migraron al norte desde Jalisco y otros estados cercanos. Muchos mexicanos en el sur de California tienen parientes en Guadalajara que visitan en las vacaciones, y por eso, no es raro escuchar gente hablar spanglish, ver gente con ropa demasiado grande, tatuajes cholos, escuchar y producir hip-hop y manejar en lowriders.
En la colonia La Penal, visitamos el Guadalowjara Car Club. Este grupo está conformado por mexicanos, varios de los cuales vivieron "al otro lado" y otros más que, aunque nunca han cruzado la frontera, se sienten identificados por la cultura chicana. Es por esto y que alteran autos viejos, o ranflas, como ellos les llaman, instalándoles sistemas hidráulicos para convertirlos en lowriders.
Acompañados de Efraín, mejor conocido como El Pelown, fundador del club, salimos de cruising en la capital tapatía, visitamos el estudio de tatuajes Chicano Art y algunos talleres donde mecánicos locales han improvisado técnicas para pimpear sus autos, aun cuando no encuentran las piezas en México. También hangeamos con ellos en la Minerva, donde cada semana se reúnen a pistear con sus jainas y a presumir sus ranflas tuneadas.
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