La fiesta de la cruz de mayo o chakana, una de las creencias más importantes en todos los Andes centrales, marca el inicio de la época seca, simbolizando el inicio del invierno, de la época masculina y de los vivos.
Durante esta festividad, acompañando el ritual del tinku, diversas comunidades de la provincia de Chayanta se desplazan hacia el pueblo de Macha. Con un vestuarios que únicamente se usa en y para esta celebración, el cual consta de ojotas o uyutas (sandalias hechas de goma de neumático), medias largas de vistosos colores, pantalones y chalecos de tela, fajas coloridas, chulos bordados (gorros típicos) y monteras (casco de cuero crudo de vaca adornado con plumas de suri), entran trotando al pueblo y girando en la plaza central en sentido contrario a las agujas del reloj. Lo hacen tocando el aerófono jula jula junto al cordófono charango, guitarrillas o qhunqhuta (todos esos nombres se escuchan durante esta fiesta), instrumentos que se interpretan exclusivamente en esta fecha, mientras beben chicha de maíz, cantan en quechua y zapatean con un estilo propio de esta festividad.
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