10/08/2018 15:16 h
«Para los grandes narcos, la reinserción no existe». Así se expresaba ayer Carmen Avendaño, presidenta y coordinadora de la fundación Érguete, tras la detención de Manuel Charlín y uno de sus hijos por el decomiso de un barco con cocaína. En declaraciones a Europa Press, Avendaño admitió que la detención del patriarca del clan de los Charlines, de 85 años, le ha sorprendido: «Parece difícil entender que una persona como este señor siga en estos oficios cuando se supone que ya debería tener más que suficiente».
La presidenta de Érguete felicitó a las fuerzas de seguridad del Estado por el operativo y ha lamentado que se vuelvan a repetir los mismos nombres: «Algo que es fuera de lo normal», y que demostraría, en su opinión, que el patriarca del clan «no tiene escrúpulos». Añadió Avendaño: «Es evidente, es él y parte de su familia, tiene a su hija Josefa, que es la que llevó la mayor parte de la organización, es un negocio arraigado en ellos y veo difícil que lo dejen, aunque tienen los medios suficientes para vivir toda su vida». Para esta líder, «es una vergüenza ver el daño que hacen, pues cuando empiezan podía ser que no supieran el daño que hacían, pero con el paso del tiempo se demostró la cantidad de gente que quedó por el camino por el consumo de estupefacientes». Avendaño cree, sin embargo, que el problema no es tan dramático como a finales del siglo pasado.
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