¿Quién habría pensado que hace treinta años este era un pueblo olvidado en medio de la nada? Ahora se ha vuelto completamente moderno. Había casas modernas junto a las antiguas, y nuevas calles se construían de vez en cuando. En lugar de una pequeña tienda de esquina, ahora había varias tiendas grandes, e incluso había aparecido un pequeño centro comercial y un cine. Varias instalaciones más estaban en construcción para mejorar la infraestructura.
El hombre que conducía por la carretera perfectamente lisa sacudía ocasionalmente la cabeza. Se preguntaba sobre los nuevos desarrollos que habían tenido lugar. Alejandro tenía un pensamiento constante en su mente: cuando su madre se enfermara gravemente y falleciera, heredaría la propiedad, demolería todo y construiría una casa moderna en su lugar. Ya se imaginaba sentado en la terraza, instalando una piscina. Visualizaba lo bien que viviría allí solo. Por alguna razón, su esposa e hija, que lo esperaban en casa, no encajaban en sus planes en absoluto. ¿Por qué lo harían? Ni siquiera podía decidir si quería seguir salvando a su familia o no. Tenía demasiadas dudas al respecto.