La repostería morisca está emparentada con la repostería tradicional que se hace en los conventos. Los ingredientes que usan las monjas en ella, frutos secos, harina, miel y especias, son los mismos que emplearon primero los musulmanes españoles y más tarde sus herederos los moriscos.
Estos renunciaron al Islam tras la conquista pero no a su tradición gastronómica que se impuso en muchos aspectos a la de los cristianos. En las cocinas de los conquistadores los postres moriscos fueron muy bien aceptados. Esta influencia se ha extendido hasta nuestros días en forma de turrones, mazapanes, pestiños, frutos garrapiñados o alfajores. Hasta hace poco se realizaban en los hogares de forma artesanal, ahora los conventos son el refugio de esa genuina repostería.
[Programa "El Legado Andalusí", 18 de julio 2012. Canal Sur Televisión]
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18/07/2012