Fue un enorme placer reencontrar a Andy Morales, excelente antesalista de los equipos habaneros. Nueve Series Nacionales, 2 Selectivas y 2 Copas Revolución fueron jugadas por el pimentoso joven, quien al marcharse de Cuba presentaba average de 319 y 151 dobles.
Tras su debut en la trigésimo primera Serie, Andy se convirtió en uno de los grandes bateadores entre los años 1994 y 2001. Es elegido para representar a Cuba en el encuentro de vuelta en 1999 contra los Orioles de Baltimore de la liga americana. Esa noche conectó legendario cuadrangular, único de los cubanos en el partido.
Según sus propias palabras a pesar de hacer lo que le gustaba, jugar pelota, comprendió que en Cuba no tenía futuro. Lo dejaron fuera de la selección nacional para los Panamericanos de Winnipeg 99 y la Copa Australia y optó por emigrar.
Tuvo la oportunidad de quedarse en Baltimore pero su esposa estaba embarazada por lo que después optó por tomar una lancha.
Ya en Estados Unidos, a pesar de un jugoso contrato en la MLB con los Yanquis de Nueva York, no pudo ofrecer lo que de él se esperaba. “No estaba listo para el profesionalismo”, ha confesado en varias entrevistas.
Sus sueños ahora radican en su hijo Yoandi Morales, EL Yoyo, campeón por Estados Unidos en edades tempranas y aspirante con fuerza a jugar en la Gran Carpa.