EL LIMPIADOR VINO A LIMPIAR UNA SALA DE ESTAR EN UNA CASA RICA Y QUEDÓ IMPACTADO AL VER SU FOTO...
Miguel, un humilde conserje, estaba ansioso al comenzar su primer día de trabajo en la mansión de la familia De La Vega. Con su ropa sencilla y una mirada decidida, atravesó los imponentes portones de la propiedad. El entorno lujoso, lleno de obras de arte y muebles refinados, contrastaba con su vida modesta. Sabía que necesitaba mantener la compostura para no comprometer esta valiosa oportunidad. Al entrar en la sala de estar, Miguel se encontró con una visión que lo hizo congelarse. En una estantería ornamentada, descansaba un marco negro que contenía una foto antigua. Se acercó lentamente, su corazón latiendo descontrolado. Cuando finalmente vio la imagen de cerca, un escalofrío recorrió su columna vertebral. La foto mostraba a él mismo, cuando era solo un niño. El shock lo hizo retroceder, casi derribando un jarrón de cristal. "No puede ser..." murmuró Miguel, con la voz temblorosa. Se frotó los ojos, tratando de convencerse de que estaba viendo cosas, pero la imagen seguía igual. Recordó las pocas fotos que tenía de su infancia, todas guardadas en una caja polvorienta en su casa.
¿Cómo había llegado esa foto allí? Intentando controlar la oleada de emociones que amenazaba con abrumarlo, Miguel respiró hondo y decidió que tenía que actuar como si nada hubiera pasado. Al fin y al cabo, estaba allí para trabajar y no podía permitirse el lujo de perder el empleo en su primer día. Con manos temblorosas, tomó los materiales de limpieza y comenzó a limpiar los muebles, manteniéndose ocupado para evitar que su mente volviera a esa fotografía perturbadora. Pero la curiosidad era una fuerza poderosa y, a medida que avanzaba el día, Miguel se veía incapaz de apartar los pensamientos sobre la foto. Se preguntaba quién en la familia De La Vega podría haber puesto esa imagen allí y, más importante, ¿por qué? ¿Sería una coincidencia? ¿O había algo más profundo y misterioso detrás de ese descubrimiento? Mientras fregaba el suelo de mármol, escuchó pasos acercándose. Levantó la vista y vio a Doña Regina, la matriarca de la familia, entrando en la sala. Era una mujer elegante, de apariencia imponente, con una mirada que parecía ver a través de las personas. "Buenos días, Doña Regina," dijo Miguel, intentando sonar natural.