Desde los campos de tierra de Puerto Rico hasta las alturas de las Grandes Ligas, Pudge Rodríguez tuvo una larga e ilustre carrera como quizás el mejor receptor polivalente de todos los tiempos. Venerado por los aficionados de los Rangers de Texas durante su década en Arlington, condujo a los Marlins de Florida a un título de la Serie Mundial y contribuyó decisivamente a revitalizar a los Tigres de Detroit. Con numerosos récords en las Grandes Ligas a sus espaldas, se convirtió en el segundo receptor que entraba en el Salón de la Fama en la primera votación.
Iván Rodríguez Torres nació el 27 de noviembre de 1971 en Manatí, Puerto Rico. Su apellido utiliza el formato tradicional español, procedente de su padre, José Rodríguez, y su madre, Eva Torres. El menor de dos hermanos, creció en la cercana Vega Baja, donde su madre daba clases de primaria y su padre trabajaba como electricista para una empresa de construcción.
Iván y su hermano, José Jr., jugaban al béisbol de niños en los campos vacíos del pueblo con un palo y un rollo de cinta enrollada,1 y luego en las Ligas Menores, donde jugó en el mismo equipo que Ricky Otero, futuro jugador de las Grandes Ligas, y contra Juan González, futuro compañero de los Rangers de Texas. Iván empezó como lanzador, luego pasó a tercera base y finalmente a receptor. Su padre fue receptor aficionado en Puerto Rico y enseñó a su hijo la posición. "Mi padre me enseñó a lanzar cuando era más joven, y el resto lo he aprendido en los dos últimos años", dice. Veía el béisbol por televisión, y allí encontró un héroe: "Incluso antes de empezar a atrapar, mi jugador favorito era Johnny Bench. ... Lo hacía todo bien y no era tan grande. Así que verle me dio esperanzas de que podría tener una oportunidad".
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