¡Alabaré al Señor mi proveedor! La verdadera adoración implica dar, sacrificando, y creyendo que Dios es nuestro proveedor. A veces Dios pedirá estar a cargo de nuestra risa (Isaac), y nos invitará al lugar donde Él provee tanto el cordero como el carnero. Abraham le dijo a sus siervos que iban hasta "allí", un lugar donde todos los cristianos aprenderán a adorar.
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