La Parasha de la semana con una vision diferente del Sod - R. Ishai Harari
Uno de los temas que la Parasha menciona es sobre la mujer Sota, cuando un hombre sospecha que su esposa tuvo relaciones con otro hombre.
El Pasuk nos dice “Ish Ish ki tiste ishto” un hombre, un hombre que su esposa se desvíe del camino, dice 2 veces la palabra Ish, porque se refiere a Yaakov y a Esav. A nuestro instinto del bien y a nuestro instinto del mal. Ambos se llaman Ish, Yaakov es Ish Tam, un hombre completo que le gusta la espiritualidad, y Esav es Ish Yodea Tzaid es un hombre que sabe cazar a las personas, Ish Sade, es un hombre de campo que le gusta las cosas materiales.
Y cuando la Torá nos dice que la esposa se desvía del camino, se refiere a los momentos que nuestro cuerpo traiciona a su alma y se va con el Ish equivocado.
Por eso el Pasuk nos dice que la mujer se oculto de su marido, porque se refiere a que el instinto del mal se esconde, se hace pasar por el instinto del bien y convence a nuestro cuerpo que está haciendo lo correcto.
Pero cuando pasa ese momento de placer, la persona se siente vacía y por eso el Pasuk nos dice “o avar alav Ruaj kinaa” le llega a nuestra alma un espíritu de celo, de arrepentimiento, y ya no sabe que hacer con su cuerpo que siempre lo traiciona.
Y aquí la Torá nos dice: “Vehevi et ishto el Hacohen” el alma debe llevar a su cuerpo con el Cohen, el Cohen se refiere a los Talmide Jajamim. Y en ese momento “Velakaj Hacohen Maim Kedoshim bikli jeres” el cohen pone las aguas sagradas en un utensilio de barro. Las aguas se refiere a la Torá Hakedosha, y el Jajam le transmite la Torá con el utensilio de Musar, le recuerda que el cuerpo llega de la tierra, es únicamente el utensilio de nuestra alma para que pueda florecer en este mundo.
Y esa misma agua, que es sagrada para el alma y es muy dulce para Yaakov, se convierte en agua amarga para Esav.
Por eso el Pasuk nos dice: “Betet Hashem et Yerejej nofelet” con esa agua tu muslo se va a va a caer, porque el muslo es el miembro que el ángel de Esav logró dañar a Yaakov Avinu. Y con la fuerza de las aguas dulces de la Torá, podremos eliminar por completo al instinto del mal y Esav ya no va a poder contaminar más a nuestro cuerpo.
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