Este arte de pesca tipo trampa se utiliza en Canarias en aguas de poca profundidad y solo para la captura de morenas.
Es una estructura llamada tambor, con forma cilíndrica y entradas o bocas en sus extremos y una pequeña puerta lateral para extraer las capturas. El material del tambor, aunque variable, suele ser de PVC o latón, entre 25 cm de diámetro y 50 cm de largo, aunque la normativa permite dimensiones hasta de 60 por 100 cm. Las bocas, confeccionadas con varillas de hierro en forma de cono, dificultan la salida a los ejemplares capturados. Cada Tambor está unido por un cabo a una baliza en superficie adecuadamente identificada.
El calado del tambor se hace individualmente y de forma manual en posición horizontal y con piedras en el interior junto al cebo para evitar desplazamientos. Para su correcta colocación o calado, siempre a una profundidad mínima de 5 metros y en fondos rocosos donde habitan las morenas, se utiliza un mirafondo. Se instalan al atardecer y se retiran al día siguiente, aunque en ocasiones pueden permanecer sumergidos hasta 3 días.
Este arte de pesca es 100% sostenible, no hace daño al fondo, no daña a otras especies y se cala y recoge de forma manual. Además, las capturas se mantienen vivas, de forma que si alguna está por debajo de la talla mínima, se devuelve viva al mar.