Esta es una pequeña historia de uno de los tantos uruguayos que en silencio y casi de manera inadvertida construye el día a día, suyo y de su familia, por medio de un oficio que casi ya no existe, el oficio de tropero…
Aquí en plena ruta nacional número 100 al noreste del departamento de Durazno, nos encontramos con Raúl Nuñez y su hijo Lucas de 12 años de edad, ellos llevan una pequeña tropilla desde Villa del Carmen Durazno hasta pueblo Greco en Río Negro sobre 180 kilómetros de distancia, lo que demanda algo más de tres días de trote firme y parejo…
Estas son de las notas simples pero que nos llegan al alma, nos dejan un gran aprendizaje, esa misma enseñanza que quizás este niño recoge de su propio padre. Lucas Manuel ayuda en sus momentos libres a su padre, pero no renuncia a estudiar, y es ahí donde está su ejemplo y mensaje para otros jóvenes…