A través de sueños vívidos y guiada por una figura encapuchada, su propio reflejo, María explora un bosque oscuro lleno de miedos y recuerdos olvidados. En su búsqueda, se encuentra con Selene, la guardiana de las sombras, y descubre que la verdadera paz solo se alcanza al aceptar y danzar con las partes más oscuras de su ser.
Con una llave dorada y un amuleto de plata, María es transportada al Salón de los Reflejos, donde cada espejo muestra una faceta diferente de su alma. A medida que enfrenta sus versiones pasadas, presentes y potenciales, María aprende que el autoconocimiento es un viaje continuo. Un encuentro trascendental con su madre en un paisaje surrealista le revela que la búsqueda de la verdad es eterna.
De regreso en "La Espejería", María asume su papel como guardiana de la tienda, ayudando a otros en sus propios viajes de descubrimiento. La tienda, con sus secretos y maravillas, sigue siendo un lugar donde la realidad y el sueño se entrelazan, y donde cada reflejo revela una historia, una verdad y una posibilidad. La danza de las sombras y la luz es eterna, y el verdadero poder reside en las preguntas que seguimos haciendo.