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“No hay dolor físico, no hay herida espiritual, no hay angustia de alma, pena, enfermedad ni debilidad que ustedes y yo afrontemos en la vida terrenal que el Salvador no haya experimentado primero.
Gracias a Su infinito y eterno sacrificio tiene perfecta empatía y nos puede extender Su brazo de misericordia, y hacer lo que no podríamos si nos valiésemos únicamente de nuestro propio poder. #GraciasaÉl”