La explosión de un neumático representa una situación potencialmente peligrosa que puede acarrear graves consecuencias. Este tipo de incidente puede acontecer debido a diversas causas, tales como la inflación excesiva, el uso de neumáticos deteriorados o desgastados, equipos defectuosos, o incluso en condiciones climáticas extremas.
Para prevenir estos incidentes, resulta de vital importancia adherirse a las recomendaciones proporcionadas por el fabricante en cuanto a la presión adecuada y las medidas de seguridad durante el proceso de inflado. Asimismo, es crucial llevar a cabo inspecciones regulares de los neumáticos, con el fin de detectar posibles daños o signos de desgaste que puedan comprometer la integridad del neumático y, por ende, la seguridad en la carretera.