Ángel Hernández Ramírez fondista mexicano que tuvo tantas oportunidades como las que supo aprovechar. Su vida se marca a los 10 años, en una carrera de 15 kilómetros, portando unos zapatos que traían suela de llanta.
Le dan inscripción con cierta duda y da el campanazo al quedar en tercer lugar. (Federico y el Tamborón fueron los únicos corredores que le aventajaron)
Es el conde Calderón, famoso comentarista deportivo, encargado de premiarlo, el que imprime el tatuaje con sus palabras y le dice que ya no le mueva, que se dedique a este deporte.
A partir de entonces su camino se ve trazado con algunas paradas, incluida la Unión Sovietica, Estados Unidos y Brasil.
De hecho se traslada a Los Estados Unidos y vive allá durante un tiempo.
Con la ayuda de una familia vive de la carrera integrado a los Wild Cats.
En México no le fue mal y consigue infinidad de victorias que sumadas a las victorias en otros eventos le dan lo suficiente para, hoy sentirse satisfecho en lo personal, y en lo económico comprar un departamento para su familia.