El Crimen de Cuenca es un ejemplo de injusticia judicial que puso la vida de dos personas patas arriba. El escritor Javier Traité cuenta este famoso caso en la sección “Fake News históricas” de “El Condensador de Fluzo”.
En 1910, el pastor José María Grimaldos (El Cepa) desapareció sin dejar rastro. Lo dieron por muerto, sospechando de León y Gregorio, dos hombres de una finca en la que trabajaba. Este es el inicio del famoso “Crimen de Cuenca”. Cuando el juez Emilio Isasa los mandó a declarar, confesaron haber asesinado a Grimaldos. Sospechosamente, cada uno acusaba al otro, pero el jurado popular condenó a ambos por unanimidad. Tras más de 11 años entre rejas, León y Gregorio fueron indultados y liberados en 1925. Un año después sucedió algo insólito: Pedro Rufo, cura de Tresjuncos, recibió una carta en la que se le pedía la partida de bautismo de José María Grimaldos para poder casarlo. El mismo hombre que supuestamente había sido asesinado. ¿Qué había sucedido? Si quieres saber el final de esta historia, dale al play.