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A la edad en que la mayoría de los niños consideran que una pizza de hamburguesa o un bizcocho de galletas de chocolate representan la excelencia culinaria, Flynn McGarry decidió inaugurar su primer restaurante en el salón de casa de su madre en el Valle de San Fernando, Los Angeles. Una precocidad asombrosa a la que estamos comenzando a acostumbrarnos debido a los consursos de talentos televisivos que se han popularizado en los últimos tiempos. De hecho, hemos pasado de intentar que los niños no se acerquen a los fuegos de la cocina no vaya a ser que se desgracien, a pedirles que intenten imitar la técnica de cocción en frío con nitrógeno líquido de algún chef con estrellas Michelín.
Si los pronósticos se cumplen no siempre es así con los niños prodigio una de esas codiciadas estrellas estará en poder de McGarry dentro de poco tiempo. El niño que aprendió técnicas de cocina en KZfaq y que comenzó a cocinar porque estaba cansado de comer siempre lo mismo en casa, se ha convertido en una celebridad de 18 años que tiene su propio restaurante en Nueva York. Cuando acababa de cumplir la quincena, el New York Times le dedicó un extenso artículo en el que, entre otras cosas, remarcaba el papel que han jugado los padres del joven cocinero en su evolución: ellos “alentaron su deseo de convertirse en un chef serio. Cuando se dieron cuenta de que los mostradores de la cocina resultaban demasiado altos para él, le instalaron una cocina en el comedor (...). Cuando McGarry decidió que quería un espacio privado para crear nuevas ideas de menú, su padre construyó una cocina en su habitación (...). Rehicieron la electricidad, pusieron mesas y quitaron las puertas del armario para convertirlo en una despensa. McGarry tuvo una vitrocerámica de inducción para su cumpleaños y un sellador de vacío como regalo de Navidad".
“Ahora tenemos todo el conocimiento al alcance de la mano”, asegura McGarry. “No como antes que tenías que ir al sitio para aprender cierta técnica, ahora lo puedes buscar en Google. Y es fácil obtener reconocimiento. Yo creo un plato y lo publico en Instagram donde la gente puede ver lo que hacemos. Creo que son dos de las mayores plataformas para obtener conocimiento”. El suyo es pues el ejemplo de conocimiento compartido que en los mejores casos ha difundido Internet y la cultura digital: devolver lo aprendido gracias a otros volcándolo en la red.
Algunos periodistas, con cierta imprudencia y el habitual impulso etiquetador, corrieron a bautizar a McGarry como el “Justin Bieber de la cocina”, arguyendo su precocidad, su popularidad conquistada gracias a Internet y un cierto estilo pop en su forma de cocinar. Él, en cambio, prefiere mantenerse con los pies en el suelo, a pesar de que Gem, su restaurante neoyorquino, acumule buenas críticas. A punto de cumplir 20 años McGarry es una celebridad que ha bautizado su estilo culinario como “cocina americana progresiva” y sigue manteniendo que su mayor inspiración es su madre. Y no es raro, puesto que Megan McGarry parece de esas personas capaces de reconocer el talento cuando lo ven: “ya sea un profesor, un padre, un abuelo o un amigo, si alguien intenta hacer algo importante, hay que dejar que florezca”.
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Entrevista y edición: Zuberoa Marcos, Pedro García Campos, Cristina López
Texto: José L. Álvarez Cedena
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