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Quito, 20 jul (Andes). - El Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) de Huaquillas, en la provincia del Oro, se considera la última escala de la travesía de todo migrante venezolano en el Ecuador que se dirige hacia Perú.
Desde el centro de la ciudad de Huaquillas, se puede tomar un taxi hasta llegar al Cebaf, que cobra alrededor de tres dólares. Una vez en las oficinas de mIgración, se puede sellar la salida de Ecuador a Perú.Tras esta gestión, cualquier ciudadano debe dirigirse hasta el Cebaf de Perú, que se localiza a cuatro kilómetros de distancia.
“No hemos tenido ningún inconveniente, es más, tenemos un grupo de seguridad que trabaja internamente, para que puedan guiar a las personas, sabemos que es algo transitorio, tratamos de ayudar de la mejor manera”, dijo a Andes Juan Pablo Peñaherrera, administrador general del Cebaf.En los alrededores, María Linares Duno descansaba bajo un árbol, bajo un intenso sol de mediodía, junto a su hijo y otros tres venezolanos, mientras comían galletas con crema de queso.Linares, proveniente del Estado Lara, expresó su agradecimiento a países como Ecuador y Perú, que les han abierto las puertas, así como Venezuela se las brindó en migraciones previas, indicó.Entre lágrimas, esta ama de casa dijo que “es fuerte, porque uno deja a la familia allá, pero bueno venimos con este son y pa´lante“.Linares es una ciudadana venezolana más de las 60.914 que registraron su salida desde el Cebaf hacia Perú, sólo durante el mes de junio de este año, acorde a cifras del Ministerio del Interior, que buscan ayudar a sus familias a través de remesas e incluso, llevarlas a sus países de destino.