Nadya Kuznetsova no escucha a su madre, quien le aconseja que se case con Sergei, su amigo de la infancia. Nadya se enamora de Víctor. Y resulta ser un egoísta, un constructor de casas y un narcisista. Además, también golpea a Nadya cuando está de mal humor. Nadya lo soporta todo dócilmente, pero un buen día comienza a ver la luz y deja a Víctor. Empezar a vivir de una manera nueva es difícil. Pero Nadya lo supera todo.
Inesperadamente conoce a Víctor con su nueva esposa, Lena. Nadya quiere advertirle, aunque su madre le aconseja: hazte a un lado, no es asunto tuyo. Que vivan como quieran. Y Nadya, después de un intento fallido de tener una conversación sincera con Lena, escucha el consejo de su madre y se hace a un lado. Pronto se entera de que Lena ha muerto y que Víctor ha sido arrestado bajo cargos de asesinato: supuestamente empujó a Lena desde el techo de un edificio de gran altura. Y Nadya nuevamente no puede aceptar el veredicto. Sabe que Víctor tiene miedo a las alturas y no pudo subir hasta la cima. Nadya acude a Sergei (es un investigador) y le pide reabrir el caso y encontrar al verdadero asesino. Nadya ni siquiera quiere escuchar el hecho de que Víctor obtuvo lo que se merecía y que no es su trabajo sacar de prisión a su exmarido, que la golpeaba y abusaba de ella. Nadya y Sergei todavía demuestran la inocencia de Víctor. Él está asombrado por su perseverancia y, al salir de prisión, tiene muchas ganas de retomar su vida familiar, jura que no le pondrá un dedo encima. Pero Nadya finalmente vio en Sergei no solo a un amigo de la infancia, sino también a un hombre atractivo y confiable y se enamoró de él y, por supuesto, comprende que Sergei ha estado enamorado de ella durante mucho tiempo.