El río Bacares es un río de montaña que nace en las cumbres de Sierra de los Filabres. Su caudal es abundante durante todo el año, lo que lo convierte en uno de los pocos ríos de la árida Almería que no se seca en verano. En sus orillas se pueden contemplar frondosos bosques de galería, un ecosistema único en estas tierras.
Esta abundancia de agua fue la que propició que, a principios del siglo XX, se construyera en el lugar una central hidroeléctrica. La conocida como la "Fábrica de la Luz de Bayarque".
La construcción de la central fue un proyecto ambicioso que requirió de varios años de trabajo. El agua del río era desviada por una canalización de más de 3 kilómetros de longitud y posteriormente hacía caer por un desnivel de 117 metros. Esto permitía obtener la fuerza necesaria para mover los generadores y producir electricidad.
Las obras se vieron dificultadas por las condiciones técnicas del terreno, pero también por la oposición de algunos terratenientes locales que veían amenazados sus intereses. Sin embargo, finalmente, en 1914, la central comenzó a funcionar.
La llegada de la electricidad a la comarca del Almanzora supuso una revolución. Por primera vez, pueblos como Bayarque, Turre, Macael o Albox tenían acceso a la luz eléctrica. Esto supuso un gran avance en la calidad de vida de los habitantes de la zona.
La fábrica de Bayarque estuvo en funcionamiento hasta 1969, cuando fue cerrada por la Compañía Sevillana de Electricidad. Desde entonces, la edificación e instalaciones se han ido deteriorando hasta quedar en un estado ruinoso.
A pesar del abandono, la fábrica de Bayarque sigue siendo un símbolo de la historia industrial de Almería. Su ubicación, en un entorno natural privilegiado, la convierten en un lugar de interés turístico.