Con cerca de 20 metros de frente y 26 de alto, es una de las mayores fuentes monumentales del Barroco en Roma. Lo que vemos hoy es el elemento final del «acueducto virgen», uno de los más antiguos acueductos romanos, que servía principalmente para alimentar las termas del Panteón. Después de un largo periodo de desuso, fue en el 1453 cuando el papa Nicoló V decidió iniciar las obras de recuperación del acueducto para servir de agua potable a gran parte de los romanos.
La monumental fuente que hoy admiramos fue construida en el siglo XVIII por un hombre casi desconocido, llamado Nicola Salvi, que sorprendió a todo el mundo con este diseño asombroso. Lamentablemente Salvi no logró ver su obra culminada ya que murió en el 1751y fue concluida por el arquitecto Giuseppe Pannini.
La Fontana de Trevi es la más famosa de todas las fuentes de Roma. Atrae a la mayoría de los visitantes que vienen a Roma por primera vez y es una "visita obligada" .