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Miguel Diloné, conocido como la Saeta Cibaeña, escribió en el béisbol dominicano las más brillantes páginas en materia de robo de bases.
Miguel Ángel Diloné Reyes no sólo fue grande en el robo de bases en las que totalizó 1,041 hurtos como profesional, sino que en su carrera de 19 años en el béisbol dominicano estableció marca de hits (875), bases robadas (395), hits sencillos (742) y carreras anotadas (496).
Miguel, un jardinero diestro y bateador ambidiestro que tuvo mucho más éxito desde el lado izquierdo debido a su habilidad para "batear y correr" y conseguir batazos de extrabase. Jugó en siete equipos (incluidos dos periodos con los Piratas) a lo largo de una carrera de 12 años y sólo en dos de ellos superó las 400 apariciones en el plato. Aunque los números de su carrera, que incluyen una línea de bateo de (.265/.315/.333) en 2.182 apariciones en el plato durante esos 12 años tendría una carrera en la mlb decente pero, hubo un verano glorioso en el que Diloné fue tercero en promedio de bateo en la Liga Americana.
Desde el momento en que Diloné pisó un campo de béisbol en Estados Unidos, se puso en marcha. Nacido el 1 de noviembre de 1954 en Santiago (República Dominicana), fue fichado a los 17 años por los Piratas de Pittsburgh. En esa temporada de 1972, Diloné quedó tercero en bases robadas en la New York-Penn League como jardinero de Niagara Falls. Robó 41 bases en 61 partidos y sólo fue capturado 10 veces. En 1973, Diloné fue ascendido a la Liga de las Carolinas Occidentales de Clase A y estableció un récord en la liga con 95 bases robadas en 115 partidos. Con 19 años y jugando para Salem en la Liga de Carolina, Diloné tuvo su mejor año en 1974. Bateaba .333/.414/.444 con 85 bases robadas cuando fue llamado a Pittsburgh en septiembre. Era el jugador más joven de la Liga Nacional en ese momento.
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