Hace más de 30 años, la Fórmula Uno ya tenía algunas de las tecnologías más increíbles que el deporte jamás haya visto. Los coches tenían suspensión automática auto-ajustable que se podía subir y bajar para aumentar el agarre y el rendimiento. Era extremadamente efectiva…hasta que se consideró demasiado peligrosa y se prohibió su uso.
Pero, ¿cómo pueden estos “trucos” de suspensión mejorar el rendimiento de un vehículo? ¿Cómo funcionaba un sistema complejo como éste con una tecnología tan antigua? ¿Y por qué los coches modernos de F1 no usan una suspensión de ese tipo?
Quédate con nosotros y descúbrelo.
Mira este video a bordo del Williams FW14B en Spa, observa cómo el coche es tremendamente estable y casi no se ve balanceo de la carrocería en las curvas.
Ahora compara esto con el McLaren de Ayton Senna de ese mismo año y verás las sacudidas y el balanceo del coche debido al sistema de suspensión convencional de muelle y amortiguador, que es más similar al sistema que montan los coches de calle.
Esta gran diferencia se debe a un sistema innovador que permitió controlar y ajustar automáticamente la rigidez y la altura libre al suelo para cada curva del circuito.
El sistema fue una creación del famoso diseñador Frank Dernie y se denominó "suspensión activa".
Esto, combinado con el nuevo control de tracción y las cajas de cambios semiautomáticas, hizo que el Williams del 1992 fuese imparable; de hecho, todavía ostenta el récord del coche más dominante en la historia de la Fórmula 1.
Mansell decía: “Era un coche fantástico. Como piloto, para conducirlo, tenías que agarrarte a él. Fue muy difícil de pilotar pero muy gratificante.”
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