Una ciudad vibrante, puerto de entrada de América. Una de las capitales comerciales de Europa. Un destino donde la difusión de ideas, los libros y las personas circulaban, todavía con cierta libertad.
En aquella Sevilla de callejuelas, casas, monasterios y catedrales estaba creciendo una iglesia nueva. Las semillas del evangelio, ahogadas durante años por una religión cada vez más alejada de su sentido original, encontraron corazones en los que crecer.
La Reforma que había iniciado Lutero y se había extendido por toda Europa tocaba a las puertas de España, y Sevilla sería un actor clave. Por eso también fue allí donde la Inquisición actuó con mayor dureza y más eficacia.
Emilio Monjo es historiador, una figura clave en la recuperación de obras de los reformadores españoles del siglo XVI. Con él visitamos el monasterio de San Isidoro del Campo y algunos espacios importantes de la ciudad de Sevilla, que nos sirven para entender cómo fue posible que en una ciudad que estos días de Semana Santa es referente del catolicismo tradicional, surgió en el XVI la “iglesia chiquita”.
Una producción de Protestante Digital.
Agradecimientos:
Emilio Monjo
Monasterio de San Isidoro del Campo