Ricardo La Volpe tuvo una relación destacada con la selección mexicana de fútbol, a la cual dirigió desde 2002 hasta 2006. Durante su mandato, implementó un estilo de juego ofensivo y promovió a varios jóvenes talentos. Bajo su dirección, México ganó la Copa Oro de la CONCACAF en 2003 y tuvo una destacada actuación en la Copa Confederaciones de 2005, donde llegó a las semifinales.
La Volpe llevó a México a la Copa Mundial de la FIFA 2006 en Alemania. En este torneo, el equipo avanzó a la fase de octavos de final, donde fue eliminado por Argentina en un partido muy disputado que se decidió en tiempo extra. A pesar de no alcanzar los cuartos de final, el desempeño del equipo fue generalmente bien recibido, y su legado incluye el desarrollo de una nueva generación de jugadores mexicanos.
La relación de La Volpe con la selección mexicana es recordada por su enfoque táctico, la promoción de jóvenes talentos y su estilo de juego atractivo, aunque también tuvo momentos de controversia y críticas, como suele ocurrir en el mundo del fútbol.