¿Qué estarías dispuesto a hacer para salvar la vida de la persona que mas amas en este mundo? Para ella estaba claro, no podía ver a su hijo sufrir un minuto más, y sabía que su enfermedad podría arrebatarle la vida a ese joven que un dia cargo en sus brazos y al que mas de una vez rodeo con sus brazos y beso mil veces para calmar su llanto. Si su corazón fallaba una vez más, nunca más lo volvería a ver.
Su hijo, ese chico que un día fue un hombre grande y fuerte, y que terminó la universidad renegando de sus humildes orígenes, estaba ahí, debil e indefenso postrado en una cama como cuando era un bebito… pero ahora su cuerpo estaba conectado a cientos de cables, tubos y aparatos para mantenerse con vida. Su corazón, ya no podía más, y ella soltó una tibia lágrima al pensar que cualquier momento podría ser el último a su lado, pero no se dio por vencida y como cada día, corrió a ver al doctor y preguntarle sobre un posible donador de órganos. La respuesta siempre era la misma… y ella en un momento de desesperación tomó la decisión más dolorosa.
Pasaron semanas, y un día nublado, con lágrimas en los ojos llegó al lado de su amado hijo. Le dio un tierno beso en la mejilla, y mientras veía como la flama de la vida se extinguía, le dijo dulcemente: “No te preocupes… pronto estarás en un sitio mejor, y te olvidarás de todo esto. Lo hago porque te amo”. Se despidió y el doctor le dijo tocando su hombre que todo estaba listo y fue así como ella salió y vio a su hijo dormido por última vez.
Pasaron algunos días y en un solitario cuarto de hospital, el chico despertaba de un largo sueño… su cuarto estaba lleno de flores. Esperó un momento, y sólo podía ver enfermeros y doctores entrando y saliendo, pero su madre jamás llegó… “¿Dónde está ella?” le preguntó el joven al doctor, un poco molesto y preocupado… y éste le señaló la mesita que estaba a su lado, donde había un pequeño sobre con una carta dirigida a él.
“Perdóname por no estar a tu lado en este día que has recuperado tu salud, pero estoy más cerca de ti que nunca. Debería ser yo quien te dijera estas palabras, pero estaba desesperada y no encontré otra manera de sanar tu corazón que entregándote el mío. Hoy serás más fuerte que nunca y aunque me haya ido, nunca estarás solo. Con amor, tu madre.”
El amor de una madre es es más grande que el dolor que le causaran tus palabras, que la tristeza que siente cuando rechazas su compañía y que las veces que la has insultado frente a los demás, pues ella estuvo dispuesta a sacrificar su cuerpo, su salud, sus noches y su vida entera para darte una… y lo haría de nuevo sin fuera necesario, porque te amó antes que llegaras a este mundo, y te seguirá amando aunque ella no esté en él.
Valora y cuida a tu madre, el ser que más te ama en la vida
"VOZ" por Victor González
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