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Mª Esther Guzmán: "-La Canço del Lladre- siempre me pareció una pequeña joya de nuestro repertorio; su melodía es cálida, emotiva y con una maravillosa armonía. Miguel Llobet utilizó con absoluta brillantez uno de los recursos de mayor belleza en la guitarra: los "sonidos armónicos". Por sus características, es una obra que gusta a todo tipo de públicos, y he tenido el placer de tocarla muy frecuentemente, tanto en programa o como bis"
El folklore popular atesora melodías que alguien "recoge" un día, las amasa en formato clásico, y crea una sencilla obra maestra. Algo así ocurre con la deliciosa "Canço del lladre" (Canción del ladrón). Fue el virtuoso de la guitarra y compositor Miguel Llobet (Barcelona 1878 - Barcelona 1938), el encargado de revestir una serie de 12 canciones populares catalanas de un ropaje clásico que pareciera encajar "como anillo al dedo" dentro del universo de las seis cuerdas. De la colección completa, esta melodía es la más delicada y destila un aroma profundamente nostálgico, pleno de armónicos y espacios abiertos. Llobet recibió clases de Tárrega y fue maestro, entre otros, de Mª Luisa Anido. La genial guitarrista argentina, que, a la postre, se convertiría en entrañable amiga de Mª Esther Guzmán, dijo de él que "Era único, muy capaz y generoso; como intérprete, una personalidad y un virtuoso inimitable, a pesar de su humildad. Fue un notable maestro, no sólo por sus conocimientos musicales y guitarrísticos, sino también por el conocimiento psicológico del alumno. Además era un amigo de sus alumnos. Muy atento y amable y las horas transcurrían en muy buena atmósfera" Esta "Canço del lladre" ha sido versionada por cantautores consagrados, como Serrat o Marina Rosell, y por intérpretes clásicos de la talla de Jordi Savall o José Carreras. Una vez pasada por el sugerente tamiz de Llobet, también ha sido frecuentemente abordada por los guitarristas clásicos. La versión de María Esther Guzmán, contenida en el CD "Mª Esther Guzmán" de 1993, es muy especial: posee una claridad, una pureza y un equilibrio, características de su estilo, que la llevan al límite de la evocación. Lo aparentemente sencillo se transforma en genial, en algo nada fácil, aunque se escuche como el plácido paseo por donde se cruzan los recuerdos (Santiago Delgado Llopart)