Marta nace en Santander en 1936, momento en el que comenzó el golpe de Estado contra la Segunda República. Su historia se vincula a la historia de la calle del Sol en donde nace, se cría junto a sus dos hermanas y dos hermanos, luego forma su familia y actualmente sigue residiendo. Criada en una calle que destacó por su fuerte unión vecinal “y sus vínculos muy fuertes de ayuda y solidaridad, a pesar de la miseria y la miseria ejercida por los vencedores", y en una familia luchadora en donde tomó conciencia de clase y adquirió los valores que posteriormente promovió.
Estudió en una escuela de monjas misioneras, en la sección gratuita, luego en el colegio Sagrados Corazones hasta los 12 años y, después, comenzó a trabajar con el fin de ayudar económicamente a su familia a llegar a fin de mes. Primero, en una fábrica de cepillos; luego, en la mercería “El encanto” en la calle San Francisco. Y, posteriormente, durante diez años, en la farmacia “Miranda” situada en el Alto Miranda. En 1964, tras casarse, trabajó en la librería de la calle del Sol y se formó en un curso de 7 meses de Puericultura con ánimo de trabajar en una guardería.
En 1964-65, ya siendo madre y embarazada de su tercer hijo, se formó en el cursillo de primer grado de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), una asociación de cristianos de base con conciencia social. El deseo de cambiar la situación resultante del sistema franquista la condujo a participar en reuniones, manifestaciones y acciones que encontraron una gran resistencia civil, religiosa, policial y judicial.
Así, participó en numerosos actos apoyando a los obreros en sus huelgas en sucesos históricos como el 1 de mayo de 1968 o en actos como el juicio de Burgos en 1970 en apoyo a los presos políticos en las cárceles. También participó en campañas en contra de la pena de muerte o a favor del divorcio, el aborto, los centros de planificación o una mejor educación sexual. Marta concilió su trabajo en el hogar y su rol de madre con el activismo directo social llegando a formar parte de colectivos como la Organización Revolucionaria de Trabajadores de forma clandestina, y en los años 80 fue una de las fundadoras de la primera Asamblea de Mujeres de Cantabria prolongando su lucha feminista hasta la actualidad. También cofundó en esa época el Centro Cultural Matilde de la Torre.
En este video nos relata sus vivencias de la posguerra, sus vivencias familiares, vecinales y laborales y su lucha por la defensa de los derechos humanos y, en especial, de las mujeres.
Tal y como nos indica “me siento, en parte, afortunada por haber sobrellevado muchas situaciones vividas aunque queden cicatrices”.
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