El campo está abandonado, es una frase que se ha escucha mucho decir desde hace años. Abandonado por los campesinos, que han tenido que migrar y han rehecho sus vidas en otro país, en otra ciudad, cuando no han perdido la vida en el cruce de la frontera norte; abandonado por los jóvenes, que prefieren estudiar o trabajar en otras labores; pero sobretodo abandonado del gobierno, cuyas prácticas asistencialistas de apoyo y subsidios cada vez menores han dejado la situación del campo y del campesino en deterioro, abandonado porque la Tierra no se ha cuidado como se debiera haber hecho. Esto lo vemos en San Ildefonso Tultepec, donde en el pasado no era así, vivían de la Tierra y de la naturaleza. Macedonia, Don Poli y otras personas nos cuentan cómo vivían antes, a principios del siglo XX.
La Unión de Cooperativas Ñöñho de San Ildefonso, una organización indígena, recoge testimonios de la gente del pueblo y muestra el pasado de San Ildefonso, mpio de Amealco en Querétaro.
Don Rafael dice que durante muchos años estuvo elaborando las ollas tal y como aprendió de su padre. Sin embargo, “como ahora todo mundo compra agua embotellada, nadie quiere las ollas” ... ve esto y más en el capítulo 2