Will es un chico de un barrio pobre con una mente brillante, que trabaja de conserje en una universidad. Un día el profesor Gerald le pone un reto imposible a sus alumnos: resolver un problema matemático que pocas personas han resuelto y quienes lo hicieron tardaron años en hacerlo.
No obstante, así como es brillante, Will también es un chico problemático.
Cuántas personas no crecieron creyendo que fue su culpa que sus padres se separaran; que fue su culpa que una persona les hizo daño; si tú eres una de estas personas, permíteme recordarte. No es tu culpa. De lo único que eres responsable es de tus actos, no de los de los demás. Nada de lo que tú no hayas decidido o hecho puede ser tu culpa. Quizás sea momento de libertarte de esta carga que nadie debería de cargar por el resto de su vida, porque es insoportable y permite avanzar.
Will lo logra. Se libera de la carga tan pesada del pasado y está listo para seguir adelante con su vida. Le dice a Sean que va a tomar uno de los trabajos que el Profesor Gerald le acomodó. Se abrazan y se despiden por última vez. Sean le dice que siempre estará ahí para él y le sugiere dejarse guiar por su corazón.